La dieta blanda que recomienda el médico tratante debe seguirse por un período aproximado de 10 días, siempre y cuando el paciente se haya sentido bien, no tenga dolor, ni fiebre, y las evacuaciones hayan estado bien. La incorporación de la dieta corriente debe hacerse con cuidado, poco a poco y evitando los fritos por los menos tres meses. Si hay dolor con algún alimento, retirarlo nuevamente.