Las relaciones de pareja duraderas están fundamentadas en la comunicación adecuada, la capacidad de comprenderse uno al otro, de tener cosas que compartan, en las que se sintonicen, que cada uno pueda además tener su espacio, que no se irrespeten los espacios de cada uno, los gustos, las amistades anteriores, la familia. Si una relación de pareja es egoísta, hay celos, desconfianza, no funciona bien y se acaba. Las presiones, la persecución, el andar constantemente a la defensiva y como vigilando a la otra persona, termina por aburrir a uno de los dos. Además, hay cosas que deben alimentarse en el día a día, la coquetería, las palabras bonitas, los detalles simples pero significativos. Apoyarse en los momentos difíciles. Que cada uno sienta que es un asunto de dos, no que el uno es una carga para el otro. No solo es amor y sexo, es deleitarse con las cosas que a ambos les agrada, aprender a tener cada uno su espacio y que el otro lo respete sin desconfianza.