Lo primero que se debe hacer es evitar manipular las lesiones en la cara, debido a que eso aumenta el tamaño y la extensión de las mismas y aumenta el riesgo de infección; evitar la exposición directa al sol, hidratarse adecuadamente, evitar aplicar ungüentos o cremas que no hayan sido formulados en una consulta presencial. Para determinar si se requieren manejos adicionales como uso de medicamentos o cremas, es necesaria una valoración presencial, idealmente con el dermatólogo.