Lo primero es la concepción religiosa que se pueda tener. Si le han dicho que es malo va a ser muy difícil quitar eso de las concepciones. Lo segundo es el uso que se haga de ella, es decir, si se sustituyen las relaciones de pareja por la masturbación, de hecho que es inconveniente; tercero, si se hace como mecanismo de desahogo o timidez de enfrentar la relación con la otra persona, la solución es manejar esto con un sexólogo.