El mayor riesgo del láser es la quemadura (leve, de primer grado) y también los cambios de color de la piel, es decir, pueden aparecer manchas hiperpigmentadas o hipopigmentadas (oscuras o claras ), por lo cual en las zonas del cuerpo más delicadas como la región facial, se deben realizar sesiones monitorizadas, no exceder su uso, proteger del sol y tener una adecuada recuperación de la piel.