Las infecciones vaginales, con excepción de la Tricomoniasis, no se consideran infecciones de transmisión sexual. Se generan por alteraciones en la flora vaginal (ya sea por el uso de anticonceptivos, de protectores íntimos, por cambios hormonales, etc.) y son bastante comunes en las mujeres en edad reproductiva. La infección por Candidiasis es una infección por un hongo que habita normalmente en la vagina y produce prurito (rasquiña), ardor y un flujo blanco (como queso cortado). Esta irrita las paredes de la vagina y la vulva y se trata con óvulos o con tabletas por vía oral. La Gardnerella es la causa de la Vaginosis y da un flujo con mal olor, sin ardor ni molestias adicionales. Se trata de igual manera con tabletas por vía oral o con óvulos. La Trichomona es un parásito que se adquiere por vía sexual, que genera un flujo abundante con mal olor y ocasiona irritación a nivel del cuello uterino. Se trata con antibiótico por vía oral. Si el problema persiste debe consultar al médico. En algunos casos se debe tratar a la pareja.