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En cuanto a qué puedes tener, los factores para que las defensas bajen son múltiples, desde estrés, depresión y factores ambientales hasta algunas patologías médicas. Si te sientes más cansado de lo normal, presentas dolores musculares sin haberte ejercitado, fragilidad en el cabello y heridas que tardan en cicatrizar podrías tener bajas las defensas. En este caso, es importante que acudas a tu médico para confirmar el diagnóstico, determinar la causa y dar el tratamiento adecuado para tu caso particular.
En cuanto a las recomendaciones, el sistema inmunológico y la nutrición tienen un vínculo estrecho. Un sencillo cambio en la alimentación podría ayudarte a aumentar las defensas. Las principales vitaminas y minerales que contribuyen con ello son la vitamina C, que se encuentra en frutas como las fresas, el kiwi y los cìtricos, también en el pimentón y el tomate, la vitamina A que se encuentra en huevos y lácteos, la vitamina E que se encuentra en los cereales y el hierro que se encuentra en la carne, mariscos y legumbres.
Algunos hábitos saludables que te ayudarán a fortalecer tu sistema inmunitario son:
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