Las enfermedades de transmisión sexual requieren para su contagio, de contacto directo con líquidos o con mucosas como sangre, saliva, mucosa vaginal y/o anal . Si no se tuvo nada de esto, no tiene que haber preocupación. Lo que si es bueno saber es que se deben evitar ese tipo de actividades, ya que en un momento dado, resultará muy difícil contenerse y ahí si se puede estar en gran peligro. Se recomienda buscar asesoría con un sexólogo para manejar la sexualidad, si se cree necesario.