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De forma muy general la mayoría de los linfomas, especialmente los Hodgkin, tienen una primera fase asintomática o con síntomas inespecfícios para luego desarrollar síntomas clásicos de la enfermedad como fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso.
En ambas entidades como mencionas deben estar presentes las adenopatías, aunque en los no Hodgkin el crecimiento es mas lento y sus síntomas son mas tardíos. También, aunque es un dato curioso, el dolor de las adenopatías con el consumo de alcohol orienta más a un linfoma Hodgkin sin embargo el diagnóstico definitivo se realizará con una biopsia.
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