No es normal, se trata de una rigidez de los tejidos blandos relacionados con el dedo como músculos, ligamentos y tendones. Dentro de las causas se encuentran: actividad física intensa, antecedente de diabetes y de enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide. Ante la persistencia acuda a valoración presencial, evite la manipulación del dedo y la automedicación