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Es poco posible que la hipertrofia amigdalina persistente, la diarrea y el dolor articular correspondan a manifestaciones de infección por VIH. Esto puede inferirse por el hecho de que se ha efectuado ya muchas pruebas de detección con resultados negativos. Debe saber que las pruebas de detección ofrecen sensibilidad y especificidad superiores a 99.5%. Por tanto, la causa de sus síntomas puede ser la siguiente:
Amigdalitis recurrente: Se define como la presencia de síntomas recurrentes de amigdalitis durante un año. Estos síntomas y signos incluyen: dolor faríngeo, enrojecimiento de garganta, crecimiento de amígdalas, etc. Sus factores de riesgo son: tabaquismo, contaminación ambiental, hacinamiento, no cumplir tratamientos previos y no necesariamente implica un estado de inmunosupresión.
Diarrea recurrente: Habría que descartar principalmente síndrome del intestino irritable, el cual puede manifestarse con estreñimiento o diarrea crónica, y en una variedad que presenta ambos trastornos. Este padecimiento es multifactorial y están implicadas diversas situaciones, como factores psicológicos, alimentación, actividad física y trastornos autoinmunitarios. Esto da como resultado una alteración en el funcionamiento normal del intestino grueso. Otra posibilidad es que la diarrea sea de origen infeccioso, como por ejemplo amebiasis intestinal u otra parasitosis. La diarrea recurrente no implica necesariamente inmunosupresión.
Dolor articular: Puede presentarse como factor primario debido a actividad física, peso, mantenimiento de posturas durante la actividad laboral o escolar, o vicios posturales. Sólo en caso de que el dolor se asocie a inflamación articular (enrojecimiento, aumento de temperatura y contractura de las articulaciones) puede considerarse la posibilidad de un trastorno autoinmunitario, como artritis reumatoide o lupus. El dolor articular no implica inmunosupresión.
Por tanto, se sugiere una valoración médica presencial a fin de que se determine con mayor claridad, al efectuar una historia clínica completa y una exploración física adecuada, el diagnóstico que mejor explique sus síntomas, y con base en ello, orientar a un tratamiento adecuado. La inflamación faríngea y el dolor articular pueden tratarse con medicamentos como aspirina o naproxeno. En el caso de la diarrea recurrente habría que aplicar dieta baja en FODMAPS y valdría la pena medicación antiparasitaria y posteriormente tomar probióticos.
Espero que la orientación le haya resultado de utilidad, y quedamos al pendiente de cualquier otra situación. Esperamos sus comentarios.