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Es posible que así sea.
Cuando existe algún síntoma persistente, que no mejora con las medidas indicadas; por ejemplo, malestar estomacal, cefalea, astenia, vómitos; puede presentarse algún episodio de ansiedad, que de por sí, empeora un poco más el panorama ya que hace más difícil el tratamiento, condicionando que la persona se altere y responda menos al tratamiento indicado.
Recuerda que ante un caso de éste tipo, siempre se debe determinar si la ansiedad es una causa o una consecuencia, si es que producto de ella los síntomas no mejoran, o si por el contrario, la persistencia de éstos es la que ocasiona esa sensación. Es necesario no subestimar cualquier alteración y estar atentos para solicitar valoración médica ante un problema de éste tipo.
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