El virus de hepatitis A se transmite principalmente por vía fecal-oral, esto es cuando una persona no infectada ingiere alimentos o agua contaminados por las heces de una persona infectada. Los brotes transmitidos por el agua, aunque infrecuentes, suelen estar relacionados con casos de contaminación por aguas residuales o de abastecimiento de agua insuficientemente tratada. También puede transmitirse por contacto físico estrecho con una persona infectada, pero no se propaga por contactos ocasionales. Las mejoras del saneamiento y la vacuna contra la Hepatitis A son las medidas más eficaces para combatir la enfermedad.