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La dieta líquida está recomendada para ciertos escenarios clínicos, por ejemplo las personas que están saliendo de una infección intestinal severa o postoperatorios que hayan requerido cese de la dieta, y se esté reiniciando en ese momento. Sin embargo para personas que no haya estado enfermes ni hayan tenido intervenciones quirúrgicas, la dieta debe ser normal, es decir sólida y que contenga de los grupos alimentarios, dando prioridad a frutas y verduras.