Durante la lactancia, es muy común que síntomas como los que refieres se presenten. La mayor parte de ellos se deben a una mala técnica para amamantar (sobre todo que el bebé sólo agarra el pezón, cuando su boquita debería abarcar pezón y parte de la areola, y el labio inferior de tu bebé debe estar evertido, es decir, hacia afuera de la boca).
Otra de las causas es que no se vacíe adecuadamente la mama durante la tetada: Minutos antes de ofrecer el seno a tu bebé, debes dar un masaje firme y gentil de arriba hacia abajo a tu mama y con esto facilitar la salida de la leche de forma más eficiente y evitar el acúmulo de esta.
Para el dolor, puedes beneficiarte de analgésicos antiinflamatorios como lo es el paracetamol, así como colocar compresas calientes (calor húmedo) sobre los senos mientras no estés amamantando.
Si llega a presentarse dolor intenso, fiebre, coloración rojiza en tu mama, secreción de otra sustancia como pus a través del pezón, debes acudir con un médico para ser valorada y que te den tratamiento adecuado y oportuno.
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