Podrá regresar a su hogar después del tratamiento con yodo radioactivo, pero deberá evitar el contacto prolongado y cercano con otras personas por varios días, en especial con mujeres embarazadas y niños pequeños. La mayor parte del yodo radioactivo que no ha sido absorbido abandona el cuerpo durante los 2 primeros días posteriores al tratamiento, principalmente a través de la orina. También se pueden excretar pequeñas cantidades a través de la saliva, el sudor, las lágrimas, las secreciones vaginales y las heces. Su radiólogo puede ser más específico con su situación particular, pero por lo general este período de tiempo es sólo de 2 a 5 días.