Dependen del grado de afectación que haya tenido la persona después de padecer el ACV y del tipo de ACV que se haya presentado (isquémico o hemorrágico). En el caso de los isquémicos la medicina a usar por lo general consiste en anticoagulantes y anti-agregantes planetarios. Caso contrario sucede en los hemorrágicos donde este tipo de medicamentos está contraindicado. En general en ambos casos se deben evitar conductas de riesgo entre las cuales están el sedentarismo, la hipertensión, problemas de colesterol y triglicéridos altos, el consumo de alcohol, de cigarrillo, entre otras.