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Lo que pasa es que vas a presentar síntomas agudos y molestos por unos días mientras tu sistema de defensa logra controlar la infección como dolor, incomodidad, inflamación y fiebre. Si no se trata una infección de origen odontogénico puedes tener abscesos dentales recurrentes, celulitis facial (inflamación e infección de los tejidos faciales) y en casos más severos angina de lugwing (es un proceso séptico del tejido blando del piso de la boca que se extiende hacia el cuello, causando inflamación aguda que debe ser tratada como emergencia por cirugía oral y maxilofacial por el compromiso de la vía aérea superior que puede causar obstrucción respiratoria representando un peligro para la vida del paciente.
La decisión de enviar antibiótico antes, después o durante la intervención depende del profesional tratante, de los síntomas presentes (inflamación, superación de pus, etc) y de los hallazgos clínicos y radiográficos que se encuentren. Por lo tanto es de vital importancia que asistas primero a consulta antes de iniciar cualquier tratamiento, para que puedan evaluar el caso y tomar medidas de tratamiento.
Generalmente si se presentan abscesos se envían antibióticos antes para controlar la inflamación local y acumulación de pus y si no existe inflamación se realiza la intervención y después se formulan antibióticos para eliminar la infección residual después de retirado el diente.
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