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En ocaciones este lagrimeo puede ser ocasionado por un cuadro alérgico en los ojos del niño. Este tipo de alteraciones puede suceder si el niño se expone a ambientes contaminados o si se lleva las manos sucias al rostro. El contacto con mascotas también pueden favorecer este proceso. En este caso te recomiendo evitar todos estos factores para que esta situación pueda resolverse. Si a pesar de procurar estas medidas el niño persiste con el lagrimeo, te recomiendo buscar atención médica.
Si aparte de lagrimas, el niño presenta secreción mucosa o purulenta, en este caso puede ser causada por una infección bacteriana denominada Conjuntivitis, y en este caso se requiere el uso de antibióticos para controlar esta molestia, por lo que te recomiendo acudir a valoración médica.
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