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Aunque el riesgo de contagiarse con VIH por contacto con leche materna es más bajo (que a través de otras formas de contagio como contacto con genitales o sexo anal) es posible adquirir el virus de esta forma. Por otro lado aunque es frecuente que los pacientes portadores de VIH presenten aftas, tenerlas no es una razón suficiente para pensar que se ha contagiado, usualmente hay otros síntomas como fiebre, ganglios inflamados, sensación constante de cansancio, entre otros.
Es importante llevar una vida sexual responsable y siempre evitar las relaciones sexuales de riesgo.