Las exigencias cotidianas en las distintas áreas (trabajo, familia, hijos, pareja y vida social) se traducen en síntomas de fatiga que se clasifican en cansancio físico y mental y es inevitable que el deseo sexual se vea afectado. Debe tener una adecuada alimentación, realizar actividad física como fuente energética y productora de hormonas sexuales masculinas para aumentar la líbido, evaluar su patrón de sueño para así poder tener noches reparadoras, sobreponerse al cansancio y pensar en la finalidad de la experiencia a realizar.