El corazón tiene un eje eléctrico que representa la dirección en la cual se propaga principalmente la despolarización ventricular (el estímulo para que se generen los latidos), y esta normalmente entre -30º y +90º, como límites de normalidad.
Al eje situado más allá de +110º se le considera desviado a la derecha, y al que está más allá de -30° se le define como eje desviado a la izquierda. Cuando hay leves desviaciones del eje, sean a la derecha o a la izquierda, pueden obedecer a cambios en la disposición anatómica del corazón, no siendo indicativas por sí mismas de enfermedad; pero siempre que se detecten, hay que buscar otros signos electrocardiográficos de hipertrofias (agrandamiento del corazón), bloqueos (alteraciones en la conducción del latido) o cardiopatía isquémica (muerte de alguna parte del corazón).
Ahora bien, una desviación extrema a la izquierda o a la derecha sí es anormal y puede indicar la presencia de alteraciones en la conducción del corazón, agrandamiento de este por otras enfermedades, alteraciones del corazón desde el nacimiento. Por lo cual entre más desviado a un lado u a otro esté el eje, significa que hay presencia de alteraciones cardíacas.