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Los ayunos prolongados son peligrosos para nuestro organismo, sobre todo para el funcionamiento de nuestro cerebro usted puede sentirse cansado, fácilmente irritable o de mal humor secundario al déficit de nutrientes y su rendimiento físico e intelectual puede verse afectado por el ayuno prolongado. Además de lo anterior es posible que experimente gastritis debido a la ausencia de alimentación.