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La ansiedad es una de las posibles causas de querer estar comiendo sin tener hambre y que sentimos que no podemos parar o controlarnos.
Es importante que evalúes si presentas estrés o ansiedad durante el día, excesivo nerviosismo, alteración del patrón del sueño, falta de energía, disminución del placer por hacer las cosas que te gustan, síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, hormigueo en manos o pues, ardor en la boca del estómago, dolor en el pecho o sensación de ahogo.
Si presentas alguno de estos síntomas es aconsejable que acudas a donde tu médico de cabecera o donde un profesional de la salud mental, que pueda brindarte una atención personalizada. Es importante descartar otras causas orgánicas, principalmente alteraciones a nivel de la tiroides.
Espero haberte podido ayudar.