El tratamiento y pronóstico dependerán de la causa y la severidad. Esta disminución de la capacidad auditiva puede deberse a infecciones o exposición a medicamentos durante el embarazo, alteraciones en la estructura del oído interno o daños en el propio nervio auditivo. Se debe hacer seguimiento al bebé para verificar que no empeore. Si la causa se debe a algún problema en el oído medio, en ocasiones con cirugía o medicamentos puede mejorarse, pero si es en el oído interno o en el nervio auditivo, no hay tratamiento. Lo que se busca es mantener la capacidad auditiva que tenga el niño, ya que el oído es importante para el desarrollo del lenguaje. El manejo se centra en la logoterapia, que es ayudarle al niño con dificultades auditivas a hablar correctamente. De igual manera, su médico le indicará más adelante si con el uso de dispositivos externos, tipo audífonos, la agudeza auditiva del niño pudiera mejorar.