Las complicaciones graves del sarampión pueden evitarse con un tratamiento de apoyo que garantice una buena nutrición, una ingesta suficiente de líquidos y el tratamiento de la deshidratación con las soluciones de rehidratación oral (suero oral para reponer los líquidos y otros elementos esenciales que se pierden con la diarrea o vómito). Se deben prescribir antibióticos para tratar la neumonía y las infecciones de los oídos y los ojos. Se recomienda que los niños infectados reciban 2 dosis de suplementos de vitamina A con un intervalo de 24 horas entre ambas. Este tratamiento es eficaz para restaurar los niveles de vitamina A que durante la enfermedad suelen ser bajos incluso en niños bien nutridos, y puede ayudar a prevenir las lesiones oculares y ceguera. Además, se ha demostrado que los suplementos de vitamina A reducen la mortalidad. El virus del sarampión es muy contagioso y se propaga por la tos y los estornudos, el contacto personal íntimo o el contacto directo con secreciones nasales o faríngeas infectadas, por esta razón debe usar tapabocas y lavarse las manos. Use alcohol glicerinado, mantenga una buena ventilación en la habitación, continúe los controles con el pediatra y siga todas sus recomendaciones.