El tratamiento en estos casos está enfocado principalmente hacia lo psicológico y muchos hombres pueden mejorar la condición sin acudir al médico. Entre las recomendaciones más comunes están:
- Realizar una introspección en la que se pueda establecer qué situaciones pueden estar interfiriendo en la sexualidad.
- Comunicarse de manera adecuada con la pareja de manera que ambos estén al tanto del problema y se ayuden mutuamente.
- Se puede optar por el uso de geles o cremas retardantes.
- Los preservativos retardantes son una opción válida a considerar.
- En ocasiones la masturbación previa a la relación puede ayudar a mantener la erección por más tiempo.
- Los juegos previos y estimulación antes de la penetración pueden liberar parte de la tensión..
- Practicar técnicas de relajación (yoga, tai chi, etc), de respiración o de distracción pueden resultar útiles,
- El método de parar y seguir, suele tener buenos resultados que consiste en estimularse hasta estar cerca del orgasmo y esperar unos 30 segundos para después continuar
- Los ejercicios de Kegel (de piso pélvico) son útiles, en ellos se interrumpe la micción de forma voluntaria la micción en 3-5 series de 15 repeticiones, cada contracción entre 3 a 4 segundos.
Si no hay mejoría tras seguir estas recomendaciones, es adecuado ser valorado de manera completa por el médico de cabecera quien podría referir al urólogo o sexólogo dependiendo de sus sospechas ya que existen algunas causas hormonales, infecciosas o de reflejo anormal del sistema de eyaculación que podría estar causándolo.
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