La toxina botulínica no debe aplicarse en pacientes que presentan:
* Hipersensibilidad o alergia conocida a algunos de los componentes, ya sea a la toxina botulínica tipo A o a la albúmina humana, la cual es uno de los componentes de los preparados de la toxina.
* Pacientes que se encuentran en embarazo y lactancia.
* Pacientes con trastornos de coagulación, que padezcan trastornos neuromusculares o donde se encuentre comprometida la transmisión muscular como miastenia gravis, esclerosis múltiple, entre otros.
* Ni en pacientes que se encuentren recibiendo medicamentos que puedan competir o aumentar el efecto de la toxina produciendo síntomas sistémicos que pueden representar un riesgo para la salud del paciente.
La aplicación de toxina botulínica es un procedimiento médico, por esto es importante acudir siempre a un especialista en medicina estética, dermatología o cirugía plástica.