Hay personas que por su genética, tienen un metabolismo más rápido y necesitan de más cantidad de calorías para mantener su peso dentro de los límites normales, sin representar esto una anormalidad. También puede suceder que la persona tenga alteraciones en la absorción de los nutrientes a nivel intestinal y por esta razón la alimentación no surja efecto en el aumento de peso. Ya causas más raras son enfermedades crónicas como tumores, enfermedades hepáticas o renales, que hacen que los nutrientes absorbidos no se procesen de igual forma o se gasten de forma acelerada. Descartar una u otra causa, depende de los síntomas adicionales que puedas tener al bajo peso y deberán ser estudiados por un médico.
Recuerda que una buena alimentación no depende tanto de la cantidad, sino de la calidad de las comidas. Al igual, te recalco la importancia de realizar actividad física, que estimule el procesamiento de los nutrientes y una mejor absorción.
Te sugiero que si te es posible, acudas a una cita con un nutricionista, para establecer un plan de alimentación acorde a tus necesidades y que en conjunto evalúen la causa del por qué no estás aumentando de peso.