Sí es posible, debido a que las pruebas de herpes suelen medir anticuerpos contra el virus, no su presencia. Si el examen de sangre muestra positividad, significa que hubo contacto con el virus. No obstante, este no necesariamente es el causante actual de sus síntomas. Es decir, posiblemente presentó una infección viral en el pasado, la cual pudo asemejar un resfriado o un cuadro febril que resolvió solo y por eso no observa lesiones ahora.
La infección por virus del herpes, particularmente el tipo 1, se encuentra ampliamente diseminada en la población y en muchos casos se adquiere durante la infancia y no necesariamente por contacto sexual.
En su caso es relevante descartar alteraciones propias en el pene o el interior de la uretra, infecciones crónicas como la prostatitis o condiciones de evolución más compleja como el dolor postherpético o la prostatodinia, según la localización de los síntomas u otras manifestaciones.