Sí, al tener la cabeza pegada a la pared, le puede dar demasiado frío y lo pruebe resfriar.
No es conveniente que el niño duerma con su cuerpo pegado a la pared, procure acostarlo hacia el centro de la cama y arroparlo bien para que duerma de forma cómoda y no corra ningún peligro.
Ante otra inquietud, contáctenos. Será un gusto orientarlo.