Las anormalidades en la implantación de la placenta no son un evento que pueda ser directamente influenciado por la madre. Esto ocurre porque el sitio donde se inserta el embrión después de la fecundación es más bajo de lo usual. No obstante, al inicio de un embarazo como en su caso, solo se puede hablar de una placenta baja que no necesariamente desarrolle una obstrucción del orificio de salida (placenta previa), lo cual limitaría el parto.
Sí es posible que a medida que avance la gestación la placenta ascienda un poco y mejore su posición. Debido al sangrado presentado, debe mantener reposo físico, reposo sexual y es posible que su médico sugiera el uso de productos como la progesterona.
Recuerde asistir a controles prenatales de forma periódica y a urgencias en caso de dolor abdominal o sangrado vaginal.