El control de la acidez gástrica se logra mediante hábitos de alimentación y el uso de medicamentos que regulan dicho valor.
Dentro de los hábitos dietéticos se encuentran:
- Evitar largos períodos sin comer.
- Evitar exceso de grasas, azúcares, alimentos muy condimentados o vegetales y frutas con cáscara.
- Evitar bebidas negras, gaseosas o sustancias estimulantes.
- No fumar y en caso de beber alcohol hacerlo con moderación y poca frecuencia.
El manejo farmacológico incluye:
- Inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, esomeprazol, pantoprazol, etc..)
- Antiácidos líquidos.
- Protectores de mucosa gástrica como el sucralfato.
Los síntomas que describe parecen corresponder con un cuadro de enfermedad acidopéptica (gastritis y reflujo) y una exacerbación del síndrome de intestino irritable. Ambas condiciones pueden relacionarse con eventos de estrés o ansiedad que pueden actuar como precipitantes. En estos casos, el control emocional es igualmente importante para evitar complicaciones.
No es necesario una dieta líquida, lo ideal es una alimentación balanceada donde sea capaz de reconocer posibles alimentos agravantes y evitarlos si es el caso.