El aspartamo es un edulcorante artificial. Este elemento contenido en la mayoría de las bebidas carbonatadas dietéticas tiene un efecto inhibidor sobre la fosfatasa alcalina intestinal, una enzima intestinal con propiedades anti-inflamatorias que interfiere directamente en la absorción de grasas lo que puede favorecer la absorción de las mismas. Otros estudios llegaron a sugerir que no existe una sensación de "recompensa" a nivel cerebral con el consumo de edulcorantes lo que puede derivar en la necesidad de consumir otros alimentos, lo que tiene al final un efecto contrario al deseado, sin embargo, otros estudios más recientes desmienten esto al afirmar que pueden saciar y no incrementar el apetito por productos dulces y facilitar la reducción del consumo de azúcar.
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