Lo que se experimenta actualmente es un duelo, que son los cambios que tenemos físicos y emocionales cuando tenemos una pérdida, en este caso amorosa. El sentimiento de querer estar con la persona amada y el dolor por ser rechazado sobrepasa muchas veces el análisis racional de la situación, es decir, el pensar con cabeza fría acerca de la ruptura y de cómo nos comportaremos después de esta. Sin embargo, estos sentimientos también pasaran y se volverá a estar listo para una nueva relación. Es bueno permitir estar triste, pero rodearse de gente que le quiera; si ya le han dicho que no lo quieren y no hay esperanza, no se quede y se debe cuidar, hacer deporte, comer y dormir bien, ocuparse en cosas que le gusten; después del dolor y de la rabia, se aceptará esta nueva situación y se va a estar mejor.