Esto que refiere no aparenta una anormalidad, suele corresponder a rasgos personales influenciados por las condiciones climáticas. No debe ser un motivo de preocupación.
En ocasiones, la percepción más fría de las manos y pies suele asociarse a un aumento de la sudoración en estas zonas, que al contacto con la temperatura ambiental, facilitan dicha percepción.
En principio no es necesario un manejo específico si no existen molestias, puede mantener los pies bien abrigados, principalmente en las noches que disminuye la temperatura, lo cual puede facilitar la sensación de leve entumecimiento.
Si percibe la sudoración como excesiva, aparece dolor en las extremidades o las nota azuladas, acuda a control médico para ampliar la valoración.