Efectívamente, la fiebre es un mecanismo de defensa que el cuerpo pone en marcha cuando se presentan infecciones, objetívamente se considera fiebre a valores iguales o mayores de 39 grados centígrados, por debajo de este valor se habla de febrículas por definición técnica, el manejo antipirético realmente depende de la causa y el estado hemodinámico del paciente, ya que si la fiebre pone en riesgo la salud de la persona debe ser controlada rápidamente ( puede causar convulsiones si es muy alta, deshidratación si es muy alta ) pero si el compromiso general de la persona no es alto se puede dejar actuar por 24-48 horas siempre y cuando no llegue a 39 grados ya que a partir de ahí es mejor controlarla de forma inmediata.