La piel está en constante adaptación y responde a factores externos como temperatura, presión y humedad. Las úlceras por presión son heridas abiertas que se forman en la piel cuando hay una presión constante en la zona, por ejemplo, en pacientes que se encuentran acostados la mayoría del tiempo, la piel de la parte de atrás de la espalda está en constante presión entre los huesos de la pelvis y la superficie donde está acostado el paciente, provocando así con el paso de los días, semanas y meses la formación de heridas.