Esto puede ser una respuesta normal dentro de las conductas de socialización que va adquiriendo el niño durante su desarrollo. Deben preguntarle cuál es su temor y afianzarle su confianza así como insistir pasivamente a que interactúa con otras personas. Si el comportamiento persiste a pesar d ellas medida danteriormente mencionadas si será necesario que sea evaluado por un profesional para descartar condiciones o experiencias previas que lo perjudicarán.