El manejo de la dismenorrea se fundamenta en el uso de antiinflamatorios para controlar el componente de inflamación y el disbalance de prostaglandinas que se relaciona con el dolor, apropiadamente usados pueden mejorar los síntomas en un 64-100% de los casos. Otras terapias incluyen: anticonceptivos, estimulación eléctrica transcutánea, parches de nitroglicerina, ablación nerviosa en casos más extremos. Se podrán manejar algunos síntomas adicionales con un manejo específico, según cada situación.
Las terapias alternativas como la acupuntura muestran evidencia en su manejo. Por otro lado terapias no farmacológicas aunque carecen de evidencia, reportan beneficio en algunas mujeres como: compresas tibias, reposo, siestas, meditación, aceites aromáticos, algunas infusiones como jengibre, manzanilla, rosa de damasco. o alimentos como fríjoles, salmón o tofu.
Como parte del manejo de la dismenorrea, se ha relacionado la actividad física regular a manera de terapia preventiva. Mantener un peso ideal, una alimentación balanceada pueden representar beneficios.
Ante casos tan severos, es importante descartar otras condiciones asociadas, dentro de las cuales sería relevante descartar la presencia de una endometriosis. Igualmente, un acompañamiento especializado sería apropiado en su situación, por lo que es importante iniciar un control médico.