Sí, es normal que haya una leve inflamación, que no debe durar más de 24 horas. Si pasan dos días y la inflamación aumenta de tamaño o empeora en intensidad de dolor, o hay cambios de coloración en la piel de la zona, se debe acudir al médico general para descartar una infección de la zona donde entró la aguja de la jeringa.