Es común este término en la cultura popular, suele referirse en este caso a alimentos que incrementan el metabolismo de lípidos (grasas) en el cuerpo y que se emplean con fines adelgazantes.
Estos alimentos suelen ser frutas o vegetales de bajo aporte calórico como la manzana o el apio, otros que contribuyen a mejorar los niveles de grasas (grasas buenas) como el aguacate y otros pueden ser sustancias con efectos diuréticos como la cafeína y el té.
No obstante, no existe una evidencia científica verdadera que permita clasificar los alimentos bajo esta denominación de quemadores de grasa. Ya que no logran un efecto directo sobre este eje metabólico.
La mejor forma de regular el peso es con una alimentación balanceada y la realización de actividad física regular. Una dieta personalizada adaptada a sus necesidades y objetivos puede ser planteada en una consulta nutricional.