No hay ningún tipo de contraindicación para entrar a una piscina después de tener relaciones sexuales, con excepción que durante la relación se haya presentado un desgarro con sangrado abundante y herida abierta; en tal caso se debe esperar al menos una semana a que cierre la herida para evitar que se infecte; sin embargo es poco común y no debería haber ningún inconveniente para que pueda disfrutar de la piscina.