No, la evidencia actual no identifica de forma consistente la relación con el consumo de ciertos alimentos y las convulsiones. Excepto en algunos tipos muy específicos de epilepsia. En algunos pacientes el consumo de endulzantes artificiales, colorantes o preservantes puede contribuir a la aparición de convulsiones.
En pacientes con epilepsia diagnosticada y un pobre control, algunas dietas especiales como la dieta cetogénica puede contribuir a su manejo. No obstante, estas dietas deben realizarse bajo supervisión profesional estricta.
Si no ha sido diagnosticado con epilepsia, no existe limitación para el consumo de queso y no debería ser una preocupación. Una alimentación balanceada contribuye a una nutrición adecuada que protege la salud cerebral.
Si presenta temor intenso y persistente respecto a una convulsión sin tener estos antecedentes, esto es un signo sugestivo de ansiedad, por lo que no debería dudar en solicitar apoyo emocional para manejo del mismo.