Es una modalidad de diagnóstico radiológico que emplea rayos x para formar imagenes en 2D y 3D con el fin de valorar los diferentes órganos y tejidos del cuerpo.
Usualmente el paciente se acuesta en una camilla y está se mueve para pasar a través del aparato de tomografía (tiene forma circular con un hueco en el centro), el examen dura en total unos pocos segundos.