Una de las formas de estimular el lenguaje es hablándole todo el tiempo, preferiblemente por períodos contínuos de tiempo (por ejemplo, leer para él durante al menos 30 minutos antes de dormir) y en varias ocasiones durante el dia. Permitir que haya respuesta por parte del infante a través de realizarse preguntas que requieran respuestas abiertas y no sólo sí o no. Para mejores herramientas puede llevar a su hijo a una terapia de lenguaje y aprender estrategias específicas para el caso particular de su hijo.