La mejor manera es una buena alimentación y la práctica regular de ejercicio. Las siguientes recomendaciones son la primera línea de manejo: mantener una dieta adecuada (buen consumo de agua, aumento en el consumo de vegetales, disminución de azúcares y grasas no adecuadas) y realizar actividad física (rutina semanal de 3 - 4 veces por lo menos 1 hora diaria). Existen ayudas en la alimentación como la linaza, la Chia, la avena, todos los vegetales verdes que son excelentes para ayudar con el proceso de las grasas. Con su médico puede revisar el resultado de una buena dieta y ejercicio y determinar si requiere o no medicación para el tratamiento. Aún después del inicio del medicamento, la dieta y el ejercicio continúan siendo parte fundamental.