El alcoholismo se considera para su diagnóstico cuando: (1) El consumo recurrente de alcohol da lugar al incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa. (2) El consumo recurrente del alcohol se da en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso (por ejemplo conducir un automóvil o accionar una máquina bajo los efectos de la sustancia). (3) Problemas legales repetidos relacionados con el alcohol (por ejemplo arrestos por comportamiento escandaloso debido al alcohol). (4) Consumo continuado del alcohol a pesar de tener problemas sociales continuos o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos del alcohol (por ejemplo discusiones con la pareja acerca de las consecuencias de la intoxicación o violencia física).