Si existe una respuesta clínica apropiada al manejo indicado y un control de factores predisponentes como el consumo de cigarrillo o exposición a humo, puede existir una estabilización de la enfermedad que permita reducir el impacto fisiológico ante una adecuada actividad de los mecanismos compensatorios. Permitiendo así los resultados más cercanos a la normalidad de exámenes como los gases arteriales.
Naturalmente, entre mayor sea el compromiso y entre más grave la enfermedad, más probable es que se alteren los valores de los estudios.