Ni los estornudos ni la protrusión aparente de huesos en el tórax son un signo directo de enfermedad cardíaca, por lo que puede estar tranquilo.
En su relato hay un componente de ansiedad importante, que podría estar distorsionando su percepción corporal y facilitando los temores no justificados que refiere en torno a la muerte y la enfermedad cardíaca.
Si efectivamente existiese una protrusión de un hueso del tórax, esto debe evaluarse por consulta externa, aún en ausencia de estornudos podría observarse con maniobras que aumenten la presión dentro del tórax.
Intente despejar su mente con ejercicios de respiración, meditación, hobbies, y dialogue abiertamente con sus seres cercanos respecto a sus sentimientos. No dude en acudir a valoración profesional para recibir la ayuda pertinente. Tenga en cuenta que la ansiedad no controlada incrementará y deteriorará progresivamente su calidad de vida.
Gracias, por confiar en nosotros.